4 películas del 2021 que no te puedes perder

A todos los chicos: Siempre y para siempre

Pocas películas pueden transportarte afectuosamente a una época anterior de tu vida justo cuando sus personajes juveniles navegan por las mismas inseguridades, dudas y miedos del mundo real como el canto del cisne de los directores Michael Fimognari y Gareth Smith para la trilogía To All the Boys. ¡Si te gusta ver películas sin interrupciones te recomiendo descargar peliculas gratis!

Recién llegada de un emocionante viaje familiar a Corea, Lara Jean (la efervescente Lana Candor) está al borde de la edad adulta cuando se enfrenta a la decisión más difícil de su vida: quedarse cerca de casa -y de su novio Peter (Noah Centineo)- y asistir a la universidad en California o seguir su corazón a Nueva York. El guión de Katie Lovejoy es un recordatorio de cómo decisiones aparentemente sencillas ahora eran gigantescas para una adolescente que aún está determinando quién es y quiere ser.

Lara Jean no tiene dudas cuando se trata de su amor por Peter, así que ¿es el momento de perder su virginidad? ¿Está realmente preparada para dejar Oregón, y eso significaría también abandonar su relación? Hay muchas preguntas y muy poco tiempo cuando su último año, y simultáneamente su infancia, llegan a su fin. Siempre y para siempre es un reflejo encantador, serio y nostálgico del primer amor, la juventud y la identidad.

La Vigilia

La tradición judía de la shemira, velar un cadáver hasta que sea enterrado, es tan propicia para una excelente película de terror que sorprende que no haya una película de género sobre esto cada año. El guionista y director Keith Thomas humaniza esta desconcertante costumbre con la historia de Yakov (Dave Davis), un joven recientemente separado de su comunidad judía ortodoxa, que se ve obligado a velar durante la noche a un miembro fallecido para ganarse un dinero extra con el que pagar el alquiler.

Por supuesto, todo empieza de forma sospechosa (cuidar de los cadáveres en plena noche ya suena aterrador), pero la sensación gradual de malestar -y puro horror- que se produce en esas horas oscuras es totalmente paralizante de ver. ¿Sobrevivirá Yakov a la noche? ¿Y qué descubrirá sobre sí mismo o sobre su fe al amanecer?

La noche

Siempre es un poco más desconcertante ver que el terror encuentra protagonistas que sólo se ocupan de sus asuntos. En el inquietante largometraje del director Kourosh Ahari, The Night, Neda (Niousha Noor) y Babak (Shahab Hosseini), un matrimonio iraní-estadounidense, sólo intentan descansar una noche en un hotel antes de volver a casa con su bebé. Vienen de una reunión en la que Babak ha bebido demasiado.

Así que, animados por su mujer, hacen lo más responsable y se salen de la carretera. Pero al alejarse de un peligro potencial en la carretera, se encuentran con un camino realmente peligroso en el hotel, donde se ven acosados por todos, desde un sospechoso agente de policía hasta el turbio conserje y, lo que es más aterrador, sus propios dobles. Los extraños sucesos son suficientes para desestabilizarlos -así como al público-, ya que los secretos largamente ocultos de marido y mujer quedan al descubierto. Ahari, junto con el coguionista Milad Jarmooz, crean una película realmente escalofriante que no olvidará.

Biggie: Tengo una historia que contar

Uno podría pensar que, por muy personales que fueran las letras de Christopher Wallace (también conocido como Notorious B.I.G.), no habría nada totalmente que añadir a su historia que no nos contara ya en vida. Pero, de alguna manera, el director Emmett Malloy y el guionista Sam Sweet presentan una perspectiva totalmente nueva de la vida y la carrera del difunto rapero en Tengo una historia que contar.

Ampliado por los diletantes vídeos caseros de su amigo de la infancia Damion Butler, que destacan la vida cotidiana de su confidente -haciendo una rima en la calle, yendo de gira, e incluso sus raros momentos de autorreflexión- el documental humaniza a un hombre que a menudo se describía como «más grande que la vida». Se adentra en sus años como traficante de drogas, en su crecimiento en Brooklyn con una madre soltera de Jamaica (cuya perspectiva materna se enhebra a lo largo de la película), en su conflictivo camino hacia el superestrellato y, en última instancia, en su asesinato, sin sensacionalizar ninguna parte de su trayectoria.

Con entrevistas a las personas que mejor le conocían -su madre, Voletta; el productor Sean Combs; Butler; y muchos de sus amigos de las avenidas de Brooklyn- Tengo una historia que contar es una alternativa hábil y sin tapujos al perfil de las celebridades.

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