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Hoy en día, en los círculos de yoga y meditación, e incluso en la comunidad en general, adornarse con cuentas de Japa se ha convertido casi en una moda.
Elaboradas de forma atractiva con una variedad de materiales como madera de sándalo, cristal, concha, coral, tulsi y semillas de rudraksha (árbol de mármol azul), no es de extrañar que estas cuentas se hayan convertido en un «must-have» para muchos fashionistas inspirados en el yoga y el organicismo. Bromas aparte, ¿cuál es el significado profundo de esta japa mala?
Japa anusthana es una práctica de meditación devocional que consiste en recitar repetidamente un mantra, una palabra o frase con una resonancia sagrada específica, como medio para lograr «pratayahara» (alejamiento de los sentidos) y, en última instancia, «samadhi» (iluminación).
Los tres grandes obstáculos para la meditación son la impureza, la ignorancia y la distracción mental, y éstos pueden eliminarse fácilmente mediante la práctica dedicada del japa yoga.
La palabra «japa» significa «rotar». Una de las formas de lograr la rotación de la conciencia es mediante el uso de un «mala», una guirnalda o collar de cuentas.
El practicante canta, en voz alta o en silencio, un mantra correspondiente a cada una de las cuentas del mala, lo que le ayuda a controlar el número de repeticiones y, literalmente, a mantener el rumbo de su práctica de meditación. «Japa yoga significa la unión del ser con la existencia más elevada a través de la rotación de la conciencia».
El japa puede realizarse de tres formas principales: Baikhari (audible) , Upanshu (susurrada), y la más sofisticada es, la recitación Manasik (mental). El investigador y autor estadounidense George Feuerstein afirma que los ingredientes más importantes para el éxito de la japa o recitación mántrica son «la atención, la regularidad y un gran número de repeticiones». Por ello, se suele recomendar que el yogui recite su mantra entre 108 y 1.080 veces al día.
Significado del número sagrado: 108
Lo más habitual es que los malas estén compuestos por 108 cuentas. Este número aparece repetidamente en el yoga y en otras tradiciones como el budismo. Esto nos lleva a preguntarnos: ¿cuál es el significado de este número tan simbólico?
Pues bien, cuando investigué sobre el tema, descubrí una serie de posibles explicaciones fascinantes. George Feuerstein dice que la clave está en la astronomía: los sabios védicos sabían que la distancia media del Sol y la Luna a la Tierra es 108 veces sus respectivos diámetros. «Simbólicamente hablando, 108 es el número que significa la región media (antariksha), el espacio entre el cielo y la tierra», escribe Feuerstein. «Por lo tanto, las 108 cuentas representan el mismo número de pasos desde el mundo material hasta el reino luminoso de la Realidad divina: la versión india de la escalera de Jacob».
Otra explicación afirma que cada una de las 108 cuentas corresponde a cada uno de los deseos terrenales que hay que trascender.
La interpretación es que una persona respira, de media, 21.600 veces cada día, y si uno hace 200 malas, o rondas de japa, suma este mismo número: 21.600. Por lo tanto, el yogui está realizando una respiración cada día. Por lo tanto, ¡el yogui está realizando una repetición por cada respiración! «Si hace 200 malas de japa cada día, eso equivale a recordar a Dios durante todo el día». También dice que los malas pueden contener cuentas que formen divisiones de 108 también, para que se pueda mantener el mismo cálculo.
Elizabeth Gilbert, en su popular libro «Comer, rezar, amar», sugiere que el número 108 es «un múltiplo perfecto de tres cifras de tres, cuyos componentes suman nueve, que son tres treses». Concluye que el tres es el número que representa el «equilibrio supremo» y la santísima trinidad. En la tradición yóguica corresponde a la tri-murti, las tres deidades: Brahma (el Creador), Vishnu (el Conservador) y Shiva (el Destructor).
La cuenta 109
Quienes hayan practicado Japa Mala sabrán que, de hecho, hay una cuenta 109. Existen casi tantas explicaciones sobre el significado de esta cuenta adicional como sobre el significado del número 108. Esta cuenta se denomina a veces «sumeru» o sumun del mala (en alusión al monte sagrado).
Esta cuenta se denomina a veces «sumeru» o suma del mala (en alusión al monte sagrado Meru), y cuelga fuera, separada de la cadena de las otras 108 cuentas, como un colgante. En la práctica, el sumeru sirve para indicar el punto de partida y de llegada de la japa. Cuando un practicante alcanza esta cuenta, se da la vuelta y comienza un nuevo ciclo. Al sumeru también se le llama a veces la cuenta de la «divinidad» y, como tal, el yogui nunca debe «cruzar» esta cuenta.
Feuerstein explica que la cuenta 109, o «cuenta del maestro», también puede representar al gurú. Cuando «llegas a este marcador durante la oración, debes hacer una pausa en tu absorción en la meditación y dar las gracias a tus maestros».
Cada vez que se llega a la cuenta del sumeru o «Meru», «se ha dado un paso más en el camino espiritual y se ha superado un obstáculo. Una parte de tu ignorancia ha sido eliminada».
Finalmente, el propósito de la cuenta sumeru es ayudar a romper cualquier distracción que el practicante pueda estar experimentando. Cuando la mente del yogui se distrae por, en el caso de un principiante, «pensamientos extraños», o en el caso de un practicante más avanzado, «fenómenos inconscientes y psíquicos», la práctica puede volverse automática, ya que la conciencia divaga. Por lo tanto, la cuenta sumeru sirve para devolver la conciencia a la práctica, cuando el practicante se embarca en una nueva ronda.
¿Por qué practicar Japa Mala?
Uno de los principales propósitos de esta práctica es purificar la mente y liberarnos de los samskaras (impresiones pasadas) y vasanas (deseos futuros).
«Nuestra verdadera naturaleza no es nuestro estado normal de ansiedad, excitación y tensión». «Nuestra naturaleza es Samadhi, conciencia pura, calma, tranquilidad, ecuanimidad. Podemos utilizar la comparación de un espejo que está oscurecido por capas de suciedad y polvo. Limpia el espejo y se revelará su cualidad natural, que es reflejar todos los objetos.
«Es la inquietud de la mente la que causa toda la infelicidad y los complejos, pero éstos son sólo imposiciones. Calma y purifica la mente a través de tu sadhana (práctica) y experimenta tu verdadero yo».